Llega la primavera y la plantación vuelve poco a poco la vida. El ciclo de la vid continua y muchos de los acontecimientos más importantes del mismo se dan en estas fechas. La calidad de la uva está muy determinada por este momento. Venid a conocer el despertar de la vid.
Fases del despertar de la vid
Cómo os contábamos, a partir del 20 de Marzo, con la primavera, llegan una serie de procesos que nacen de la vid y que darán lugar a esos magníficos frutos que a su vez nos deleitarán transformados en vino. Os relatamos ahora esas fases:
- Lloro. Comienza la primavera y la vid llora. La absorción de nutrientes inicia, también la del agua, y todo ello nutre a la planta a lo largo de todo su sistema vascular. Durante la poda, se realizaron cortes por los que la vid “llora” al volver poco a poco a la vida.
- Brotación. Renace la vid. Los tallos crecen de los Sarmientos, y se pueden ver las diferencias entre variedades. Mientras que algunas brotarán muy al principio de la estación, otras lo postergarán mucho más. Cómo siempre el clima, la orografía y la tierra que conforma la zona de cosecha influirán significativamente en la calidad de la uva y en los tiempos de brote.
- Foliación y floración. Aquí veremos cómo los pámpanos, las hojas y si, también las flores, vuelven para dar color a la cosecha. Por un lado tenemos los pámpanos, que se convertirán en los sarmientos entrado ya el verano. Su función principal es la de fijar el carbono para poder llevar a cabo la fotosíntesis en la planta. Las flores, son pequeñas y apenas perceptibles por su corta longevidad, pero determinan el volumen que la cosecha nos ofrecerá.
- Cuajado. Y al fin, cuando la primavera llega a su término, la vid pone toda su maquinaria a trabajar para que las uvas en racimos, surgidos de las bayas, vean la luz del sol. Y a partir de ahí, solo quedaría esperar a que esos frutos nos deleiten el paladar, después de ser convertidos en nuestros caldos preferidos.