Un día más volvemos a nuestro blog para contaros cuál es el proceso por el cual vuestros vinos preferidos llegan a serlo. Desde la plantación, la poda, y otro sinfín de desarrollos tanto naturales cómo llevados a cabo por el ser humano, hoy queremos daros algo más de información sobre un momento mágico. La formación de las bayas es quizás uno de los instantes más delicados y especiales de la evolución de la uva y por ello os vamos a contar un poco más.
Formación de las bayas. Un momento crítico
La formación de las bayas y su crecimiento no es ningún secreto. Deben darse tres sucesos importantes. Por un lado, la polinización, por otro lado, la fecundación y por último la formación de las semillas. A esto debemos sumarle claro, que la planta debe aportarle las sustancias que las nutran. Si se producen estos tres estímulos hormonales y la planta se nutre durante todo el proceso, tenemos como consecuencia esa formación y su posterior crecimiento hasta el desarrollo y maduración cómo uvas.
En su fase de formación y crecimiento las bayas se ven verdes, ya sean variedades tintas o blancas. Obviamente, esto es debido a la clorofila, y será posteriormente cuando las uvas tomen una tonalidad u otra, en función de su variedad. En este momento es importante llevar a cabo controles de plagas. Las producidas por hongos e insectos son las más peligrosas en este momento y debe tenerse en cuenta también la gestión y eliminación de malas hierbas, ya sea de manera manual o por medio de herbicidas.
Otro de los factores cruciales a la hora de la formación de las bayas es la cantidad de agua que reciban, por lo que los viticultores estarán muy atentos a los sistemas de riego, para que su desenvolvimiento sea el adecuado.
Como siempre, os animamos a que os deis una vuelta por nuestro blog, y nuestra tienda, para seguir conociendo mejor los vinos que más os gustan.